
Descripción
Debido a que el lugar al que pertenece es el río en que murió, la rusalka puede salir de él y trepar a un árbol, donde se sienta y canta, puede ir a un muelle y cepillar su cabello, o unirse a otras y bailar en el campo.
En algunas ocasiones se dice que los ojos de una rusalka brillan como fuego verde, en otras se dice que ellas son extremadamente pálidas, sin pupilas visibles, como en el famoso dibujo de Iván Bilibin (a la izquierda) . Su cabello es descrito como de color verde, y siempre húmedo. Según algunas leyendas, si se secase su cabello, la rusalka moriría.
A las rusalki les gusta seducir a los hombres. Los seducen con su canto y después los ahogan. Los hombres que son seducidos pueden morir en sus brazos, y se dice que oír su risa, también puede provocar su muerte.
Gráciles hechiceras de ríos, arroyos y estanques, las rusalky rusas tenían fama de asesinas de hombres, atrayendo a sus víctimas hacia una muerte líquida. No obstante, algunas rusalky amaban a los mortales y una incluso abandonó su lago para casarse con un príncipe. La única condición para la unión era que la rusalky permanecería entre los humanos mientras él le fuera fiel. Ante una infidelidad, la rusalky volvía a su hogar y un simple abrazo significaría la muerte.
Debido a que el lugar al que pertenece es el río en que murió, la rusalka puede salir de él y trepar a un árbol, donde se sienta y canta, puede ir a un muelle y cepillar su cabello, o unirse a otras y bailar en el campo.
En algunas ocasiones se dice que los ojos de una rusalka brillan como fuego verde, en otras se dice que ellas son extremadamente pálidas, sin pupilas visibles, como en el famoso dibujo de Iván Bilibin (a la izquierda) . Su cabello es descrito como de color verde, y siempre húmedo. Según algunas leyendas, si se secase su cabello, la rusalka moriría.
A las rusalki les gusta seducir a los hombres. Los seducen con su canto y después los ahogan. Los hombres que son seducidos pueden morir en sus brazos, y se dice que oír su risa, también puede provocar su muerte.
Gráciles hechiceras de ríos, arroyos y estanques, las rusalky rusas tenían fama de asesinas de hombres, atrayendo a sus víctimas hacia una muerte líquida. No obstante, algunas rusalky amaban a los mortales y una incluso abandonó su lago para casarse con un príncipe. La única condición para la unión era que la rusalky permanecería entre los humanos mientras él le fuera fiel. Ante una infidelidad, la rusalky volvía a su hogar y un simple abrazo significaría la muerte.
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